lunes, 24 de septiembre de 2007

"Los pobres son como árboles de bonsái"

Extracto de una entrevista que le hizo Joaquín Lavín a Muhammad Yunus ( Premio Nobel de la Paz y Banquero de los Pobres ) para la revista de Reportajes del diario El Mercurio, publicada el domingo 23 de septiembre de 2007:

"Los pobres son como árboles de bonsái"
-¿Conoce los bonsái?, me pregunta.
-Por supuesto, pero ¿qué tienen que ver con la pobreza?
-Si tomamos la semilla del árbol más alto del bosque y la ponemos en un macetero, va a crecer un árbol de medio metro, que llamamos bonsái. ¿Cuál es el problema? ¿Hay algo malo con la semilla o con el árbol? No, para nada. Es el mismo árbol y la misma semilla. El problema es que la pusimos en un macetero. Con los más pobres pasa lo mismo. Son personas igual que nosotros, con los mismos talentos y habilidades, pero están en un macetero. En este caso el macetero es la sociedad, que no les da oportunidades. Y por eso se desarrollan como "personas bonsái". Si tuvieran las mismas oportunidades que nosotros estarían entre los árboles más altos del bosque.

-Hay mucha discusión sobre cómo enfrentar la pobreza. En Chile discutimos sobre incentivos tributarios a la caridad, más subsidios, entregarles a los pobres un cheque mensual que les complete su ingreso, subir los impuestos para que el gobierno pueda gastar más en lo social...

-Partamos por una cosa: la caridad y los subsidios del gobierno nunca resolverán la pobreza. Si el gobierno me da un cheque mensual -por ejemplo, para comprar mis alimentos-, entonces dependeré de eso. Y entonces para qué hacer el esfuerzo de gastar mis horas esforzándome y trabajando. Peor todavía, si lucho por conseguir un trabajo, a lo mejor voy a perder ese cheque de beneficios. Con eso el gobierno les está quitando a los pobres la creatividad y la iniciativa que les permite salir adelante. Para mí, la sociedad de los subsidios es como un zoológico humano. El zoológico está lleno de animales saludables y bien alimentados. Pero el problema es que no son animales verdaderos. No están en su medio natural y perdieron sus instintos. El sistema de bienestar provoca los mismos efectos. Un zoológico humano. Quizás gente alimentada, con doctores que se preocupan de ellos. Pero el instinto humano de iniciativa, de innovación, de alcanzar metas, se les quita a las personas. Si nos dedicamos a alimentar, por ejemplo, a los 2 millones de pobres que hay en Chile, pero les quitamos todo lo demás, su iniciativa, su creatividad, sus ganas de luchar y salir adelante, ésa no es una sociedad humana. Los sistemas tienen que diseñarse para ayudar a la gente, es cierto, pero para motivarlas a salir de esa condición. Ésa es la esencia. Hoy el sistema de bienestar ha acostumbrado a los pobres a solo sobrevivir, a ser dependientes, pero no los impulsa a salir. Al contrario, los mantiene permanentemente pobres. "Lo importante es garantizar un empleo"

-Vamos a la metodología del Grameen Bank. Su mayor innovación fue hacer préstamos sin exigir garantía. Esto fue una revolución en el sistema bancario. ¿Por qué cree usted que la gente paga en un sistema que se basa más que nada en la confianza?

-Por varias razones. En el sistema que creamos es muy conveniente para ellos pagar. Y es muy inconveniente no pagar. Usted conoce lo del grupo solidario. Casi todas son mujeres. Si alguien no paga, las demás mujeres tendrán que aportar la cuota de la que no pagó; si no, nadie del grupo renovará sus créditos en el futuro. Si alguien no paga, sus amigas no van a estar contentas: te seleccionamos en el grupo y ahora tú no nos cumples. Y ella no quiere perder a sus amigas. Pero la gran explicación es que por primera vez esa mujer que recibió un préstamo tiene una oportunidad. Nadie nunca antes le había dado esa cantidad de dinero. Se siente digna y no quiere perder esa oportunidad. Más allá de los servicios financieros, cuando confiamos en los pobres ellos ganan dignidad y libertad.

-¿Por qué se enfocaron en las mujeres?

-En casi todos los programas de microcrédito en el mundo, el 95% son mujeres. Para mí, la razón principal es que si la plata va a través de la mujer, llega a la familia en una mucha mayor proporción que si el dinero llega a través de los hombres. El impacto del dinero de la mujer en los niños es inmediato. En el caso de los hombres, no se ve ese impacto. La prioridad de la mujer son los niños y la casa, mejorarla, arreglarla. Ahí gasta su dinero. La lista de prioridades de los hombres es muy distinta. Quieren pasarlo bien, los amigos, el pub, entretenimientos, el juego. Su primera prioridad es él mismo. Nunca vemos que una mujer después de obtener el cheque de su sueldo se lo gaste con amigas en un bar. Pero sí se ve en muchos hombres. Las mujeres se ponen a ellas mismas en el último lugar de la lista de prioridades. Además, las mujeres pobres han desarrollado una habilidad especial para manejar recursos escasos y presupuestos reducidos.

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